Desde su existencia mucho más que centenaria, Santiago Wanderers ha tenido jugadores “insignia” o “símbolo” en todas las décadas. Es decir, aquellos jugadores que, por su forma de jugar, su entrega en la cancha, su espíritu de lucha, representan lo que es la esencia caturra. Si pudiésemos nombrar a uno de esos jugadores de la década del 30, ese sería sin lugar a duda Humberto Valentín Nelson Meneses.
Nació en Valparaíso en 1909, siendo el menor de los hijos de Eduardo Nelson y Mercedes Meneses. Al poco tiempo después de nacer, su padre fallece y Mercedes decide trasladarse junto a sus hijos a Antofagasta. Es en esta ciudad que Humberto desarrolla su afición por el fútbol y prontamente se integra a clubes amateurs, destacando, por ejemplo, en el Club Deportivo Aníbal Pinto, del pueblo salitrero de Pampa Unión.
Ya pasados los años y debido al servicio militar, es trasladado a Valparaíso para servir en la dotación del buque acorazado “Almirante Latorre”. Con ello no dejó la práctica del fútbol. Todo lo contrario, en ese buque existían tres selecciones de fútbol, donde Humberto Nelson formaba parte de la primera.
Reencantado con la ciudad que lo vio nacer, hacia 1928, con 19 años, ya formaba parte de los socios del Santiago Wanderers e inscrito en sus divisiones inferiores.
Ya en 1930, Humberto Nelson pasa a ser el titular del cuadro de honor. En abril de ese año, el Diario La Unión se refiere con entusiasmo a su participación en el primer partido de la temporada en la Liga Valparaíso, contra el Deportivo Las Zorras: “De los nuevos elementos que ayer nos presentó, hay que destacar sin reservas a Nelson, que es todo un buen centre half. A medida que la temporada corra y sus performances se desarrollen como ayer, no hay duda de que tenemos para Valparaíso un elemento que estaba haciendo falta para completar la media zaga”.
En 1933 comenzó un período de supremacía verde en la Liga de la Asociación de Football Valparaíso. Santiago Wanderers, luego de muchos años, conquistó el título al vencer en el partido final al Ferroviarios por dos a uno, en el Estadio Valparaíso. En este plantel, Nelson junto a Villarroel y Brizuela formaban ya una muy consolidada línea de halfes, donde el primero actuaba como half derecho y capitán. En una crónica de un partido de ese año se lee: “Nelson fue el hombre espectacular de la cancha; como buen capitán estaba en todas partes y no decayó en ningún momento”.
La etapa de grandes triunfos se extendería a los años 1934 y 1935, con el gran acierto de reforzarse con el centro delantero Raúl Toro Julio, lográndose un tricampeonato muy merecido y celebrado, por parte de un cuadro que hace tiempo que ya era el más popular de Valparaíso y con “King-Kong”, como era conocido Nelson, como una figura destacada y aplaudida.
Hasta que vino ese aciago mes de diciembre de 1935. Fue un mes con varios partidos amistosos, entre ellos, algunos de carácter internacional. El 22 se jugó contra el Alianza Lima (con Nelson de titular) y para los primeros días de enero estaba pactado un encuentro nada menos que con Vélez Sarsfield, el popular club de Argentina, que se hallaba en gira por América. El entrenador de Wanderers, el uruguayo Pedro Mazullo, intensificó el entrenamiento a fin de llegar mejor preparados para enfrentar a ese poderoso equipo.
En el entrenamiento del sábado 28 se produjo lo impensado. Cerca de concluir la práctica, Humberto Nelson se desplomó de forma repentina en la cancha del Estadio Valparaíso. Sus compañeros nada pudieron hacer por revivirlo. Simplemente el corazón físico de este jugador, que ponía todo su corazón figurativo en la cancha, se detuvo para no palpitar más. Un trágico final para una persona tan entregada en todo lo que hacía, para un deportista con rendimiento físico envidiable. Solo unos meses antes había impregnado su vida de felicidad al formar una familia junto a María Isabel Palma, con quien tuvo un hijito, llamado igual que su padre, y nacido solo meses antes de tan fatídico hecho.
Su funeral fue masivo. El trayecto se inició partiendo de su casa en calle Rodríguez, a los pies del Cerro Mariposa, hacia la Plaza Aduana y de allí al Cementerio N° 3 de Playa Ancha. Lo acompañaban más de dos mil personas, entre ellas deportistas de diversas disciplinas, dirigentes y futbolistas de la Asociación y del club y sus compañeros del primer equipo. En diversos puntos del trayecto porteñas y porteños aplaudían y lanzaban flores al carro, como prueba del cariño y popularidad de que gozaba. En el cementerio lo despidieron importantes personalidades con sentidas palabras.
Pero Valparaíso no ha olvidado a Humberto Nelson. En 1938 se fundó un club en su honor en el Cerro Barón, el cual lleva su nombre, perpetuando su recuerdo, y que, cabe señalar, ha tenido grandes éxitos deportivos. Pero, además, sirva esta breve reseña para reafirmar que nuestro tricampeón Humberto Valentín Nelson Meneses, el primer mártir de nuestra historia, seguirá en nuestra memoria.
Agradecemos a don Humberto Nelson Palma, por hacernos partícipes generosamente de datos inéditos sobre la biografía de su padre y a Felipe Nelson, nieto del jugador.
Humberto Nelson en el equipo de 1935.
𝐔𝐧 𝐚𝐩𝐨𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐠𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐌𝐚𝐮𝐫𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐋𝐚𝐫𝐜𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 𝐖𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐞𝐫𝐬.